🍮El método de la abuela (con cariño, pero con tono):
1. En una cacerola, pon la leche, el azúcar y la maicena. Cuela la mezcla, no seas perezoso, o verás burbujas en la crema y pensarás que es culpa de la receta.
2. Remueve con paciencia. Sin prisas, sin la ansiedad de quien tiene 48 notificaciones en el móvil. A fuego lento, como las cosas bellas que valen la pena esperar.
3. En cuanto espese (y ya sabes, no te preocupes, no necesitas un título), pásalo a una bandeja de horno o a unos cuencos pequeños y bonitos. Los que usas el domingo, no los del restaurante chino de la noche anterior.
4. Mételo en el refrigerador unas horas. Y no lo toques cada 5 minutos. Déjalo reposar. Se enfriará, te lo prometo.
5. Antes de servir, espolvorea la canela. Solo una pizca, porque la canela se nota sin ser demasiado intensa.
💌 Nota de mamá (que la abuela aprueba, pero a su manera):
“Tres ingredientes, sin florituras y mejor que todas las mousses compradas en tiendas que no tienen sabor a nada”.